top of page

El tiempo...


Como diría una amiga, hoy es tu último viernes con 23 años.

Como cualquier persona de mi edad, debería estar pensando en qué voy a hacer esta tarde, dónde voy a salir a pasear después de toda la semana estudiando, qué me voy a poner para la fiesta de esta noche...

Sin embargo, aquí estoy, en mi sofá y pensando en cuántas cosas tengo que estudiar, organizar, preparar y llevar a cabo durante esta tarde. Y lo peor de todo, es que no es sólo durante esta tarde, sino que se repite la misma rutina todos los días de la semana. No hay sábados, no hay domingos, no hay descanso... Todos los días la misma historia: corre que tienes clase, corre que tienes que imprimir, corre que tienes que hablar con fulanito para tal evento, corre que se acerca el examen y aún no has estudiado nada... Correr, correr, y hacer miles de kilómetros cada día para llegar a tu meta: trabajar en lo que siempre has soñado.

Pero por desgracia, vivimos en una puta sociedad en la que para poder trabajar necesitas aproximadamente unos 365 títulos, uno por cada día del año, para "DESTACAR" en lo tuyo, pero claro, luego presentas el currículo y te piden experiencia, ¿experiencia de qué? ¿cómo? si sólo he estado sacándome los títulos que exigís para trabajar. Qué irónico que el gobierno exija cualificación y experiencia, cuando para poder pagar esos miles de títulos necesitas haber tenido unos padres toda su vida trabajando para hoy poder estudiar tú, y si no puedes, es tu problema, porque tienes que estar bien formado.

Sí, me siento frustrada, quisiera transmitir algo, y ni si quiera yo misma sé lo que quiero expresar, ni si quiera yo misma sé qué me ahoga tanto.

Pero todo eso da igual, tienes que ser fuerte, no rendirte nunca y sacrificarte cada día, para que dentro de X años (espero que pronto), pueda trabajar, pueda ser LIBRE, no depender de nadie, no sentir que vas madurando, creciendo, que quieres formar tu vida, tu futuro y tener tus propias cosas sin depender de tus padres, sin sentir la soga en el cuello, sin presionarte a ti mismo por no tener nada aún. Tranquila, - te dirán todos - , eres muy joven, tienes toda una vida por delante para conseguir lo que quieres, verás como lo conseguirás, con el TIEMPO, todo llega.

Y sigue pasando el tiempo, y tú sigues igual, y tú sigues ahí, y nada ha cambiado. Y te paras a pensar y te das cuenta de que, en todo ese tiempo sólo has estado pensando en cómo avanzar y cómo construir tu futuro, en seguir estudiando y mejorando cada día, pero ¿y tú? ¿cuándo piensas en ti?

Una llamada de teléfono, una persona que te necesita, un mensaje pidiéndote un favor, un whatsapp exigiéndote que respondas, porque ¿dónde estás? ¡tampoco será tanto lo que tienes que hacer! Y ahí sigues tu. Respondiendo a todos, ofreciéndote a ayudar y escuchar a todas y cada una de esas personas, porque en la vida, para recibir tienes que dar, ya sabes, nada es gratuito. Y yo lo doy sin ningún trabajo, no me importa, porque sí, porque me sale solo. Pero nuevamente, ¿alguien de esas personas piensa en ti? ¿Alguien te escribe o te llama para ayudarte?, para saber cómo estás o si te apetece despejarte un rato... No, porque no necesitan nada de ti. Y te callas, y todo fluye por tu cuerpo, la tensión, el estrés, la frustración, la alegría... TODO.

Llegados a este punto, te das cuenta que todo eso que haces tiene una finalidad, LA FELICIDAD. Pero que para conseguirla dependes de miles de personas y situaciones, no de ti misma y te das cuenta de que los días pasan, las horas, los trenes, los cafés, las personas y tú sigues ahí, corriendo, viendo cómo suceden las cosas mientras andas miles de kilómetros para conseguir tus objetivos y sigues sin descansar. Sigues sin TIEMPO para ti.

Y entonces quieres volver a ser una niña sin preocupaciones, que juega todo el día y piensa en lo maravilloso que es su mundo de fantasía, y quieres tener un día sólo para ti, para ponerte guapa, para pegarte una ducha relajante, para echarte tus cremas, arreglarte el pelo, pintarte tranquilamente, ponerte tus botas cargadas de energía y salir a la calle pisando fuerte y con ganas de demostrar al mundo que ese día es para ti. Pero para todo eso necesitas tiempo...

Por todo ello, y a pocos días de mi 24 cumpleaños, lo único que me encantaría que me regalasen es TIEMPO, para mí y los míos, para poder disfrutar de ellos, porque sí, porque me lo merezco.

Entradas destacadas
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
No hay tags aún.
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page